El 4F sorprendió al país y, en
consecuencia, al movimiento popular, este se mantuvo inmóvil, paralizado,
mientras digería la nueva situación. Pero es indiscutible que el 4F
produjo una conmoción política nacional que sacudió los soportes de
"la democracia representativa", la cual desde hacía mucho tiempo
ya no representaba a nadie; abrió la conciencia de la nación venezolana
hacia la posibilidad de nuevos logros y produjo en el poder una situación
de equilibrio inestable. El 4F produjo un renacer de la esperanza política
en el pueblo oprimido, que ha estado marginado de las prebendas políticas
y económicas que usufructúan las esferas dominantes de la sociedad
venezolana
Aquel martes 4 de febrero de
1.992, la ya descrita rebelión Cívico-Militar movió las fibras
revolucionarias en Venezuela para lograr el despertar de la fuerza
popular de una nación. Venezuela venía del Caracazo.
El gobierno de Carlos
Andrés Pérez (AD) enfrentaba un alto nivel de impopularidad, con una serie
de paros y protestas, a la que se sumaron docentes, estudiantes,
transportistas, empresas básicas, tribunales y médicos.
La situación del país en términos
de brotes endémicos se recrudeció y repuntaron enfermedades como el
paludismo y el cólera. Los servicios básicos se hicieron cada vez más
irregulares, al tiempo que persistía la indolencia de una clase política
desgastada que continúo empobreciendo al país.
El 4F no coronó el propósito
inmediato de la toma del poder, pero puso al descubierto el mar de fondo
de las contradicciones con que se dirige a la nación venezolana, y fue una
sacudida política de tal magnitud, que revitalizó la potencialidad de este
pueblo imaginativo y peleador. Desde este punto de vista, ese
acontecimiento fue una necesidad histórica. El 4F dotó a la nación de
un objeto estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la
validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes.
"Compañeros:
lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron
logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas
no logramos controlar el poder" Hugo Chávez.
“La carga moral, política, ética
e histórica de aquel “por ahora”, es uno de nuestros bastiones fundamentales.
La dignidad no se negocia”.
Hoy a 27 años conmemoramos este
momento histórico, como el Día de la
Dignidad Nacional, gracias al esfuerzo glorioso del Líder Eterno, Hugo Chávez
Frías, quien acabó con la subordinación a los intereses imperialistas, y
reafirmó la soberanía nacional y la democracia revolucionaria, construyéndose
así una nueva historia basada en los principios ideológicos del libertador
Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, que por supuesto se
manifiestan en beneficios directos para el pueblo venezolano.
PRENSA/CASA DEL ALBA.
Texto :WILFREDO MONCADA CARRIZO.
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